La cocaína, en pacientes de depresión o TDAH, es una forma de automedicación

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Cuando hablamos de consumo de sustancias como la cocaína, a todos nos preocupa el poder adictivo de esta sustancia, además de los efectos nocivos que provoca en el organismo cuando hay consumo prolongado en el tiempo. Sin embargo, pocas veces se tiene en cuenta el efecto que esa droga puede tener en aquellas personas que padecen lo que se conoce como PATOLOGÍA DUAL, es decir, aquellas personas que además de un problema de adicción a un consumo de alguna sustancia estupefaciente, padecen otra patología mental.

En el caso concreto de la cocaína, es una sustancia que está muy por detrás en casos diagnosticados de patología dual que otras sustancias como el cannabis, el alcohol o la heroína, pero sí se ha detectado que hay un mayor nivel de casos de patología dual de consumidores de cocaína y personas que padecen depresión o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).

Las personas que padecen depresión tienen un malestar que tiende a volverse crónico, como un estado de ánimo muy bajo, una desmotivación crónica, una falta de disfrute de las cosas en la vida (anhedonia) o una pérdida de apetito y un bajo nivel de energía que les hace sufrir diariamente ese malestar, afectando muy gravemente su vida en el día a día. En algunos casos de personas que sufren esa depresión, se ha detectado que el consumo de cocaína, que provoca una rápida mejoría de esa sintomatología depresiva, se convierte en un bálsamo y en un consumo cada vez más recurrente. La cocaína provoca un efecto inverso al de la depresión, y su efecto es muy rápido, lo que provoca una mejoría en los síntomas depresivos mucho más rápido y efectivos que la mayoría de los fármacos usados como antidepresivos, lo que para el consumidor de estas sustancias es un refuerzo muy poderoso para seguir consumiendo. El mayor problema es que los efectos de la cocaína, desaparecen también muy rápido, por lo que la persona se ve fácilmente inmersa en un bucle de malestar, consumo, vuelve el malestar, vuelve a consumir, que termina muy fácilmente provocando una adicción a la cocaína, usando esta sustancia como una automedicación para aliviar el malestar depresivo.

De forma similar ocurre en los casos de pacientes que han sido diagnosticados de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), muchos de ellos en edad de la adolescencia, curiosamente el consumo de cocaína, a pesar de ser un estimulante, les ayuda a relajarse, a concentrarse mejor e incluso a mejorar el rendimiento escolar. Esto se debe a que en la mayoría de personas que padecen este trastorno, se encuentra un déficit en el desarrollo del lóbulo prefrontal, que es donde se ubican las funciones ejecutivas (atención, planificación, concentración, temporarización,…), y cuando se consume un estimulante como la cocaína, ese lóbulo prefrontal se estimula y mejora el rendimiento de esas funciones ejecutivas. No en vano, en estos pacientes la psiquiatría con frecuencia prescribe tratamientos farmacológicos basados en el metilfenidato, que es un derivado de las anfetaminas, por tanto, un estimulante, y que provoca un efecto similar al que provoca la cocaína. Sin embargo, el problema es el mismo que en de la depresión, que la mejoría tras el consumo de cocaína es muy rápido, pero también muy corto en el tiempo, por lo que a menudo esta situación provoca que el individuo tenga la necesidad de consumir cada vez más regularmente, lo que facilita enormemente la probabilidad de desarrollar una adicción a la cocaína.

Ambos casos, los pacientes de depresión y de TDAH, están en riesgo de caer en una patología dual con el consumo de cocaína, al recurrir fácilmente a esta sustancia como una forma de automedicación. Es por ello que en casos de pacientes que estén diagnosticados de alguna de éstas patologías, se recomienda aún más precaución en relación al consumo de sustancias como la cocaína.

En nuestro centro tiene a su disposición un equipo de psicólogos sanitarios especializados tanto en el abordaje de las adicciones, como en el tratamiento de patologías como el TDAH o la depresión.

Antonio Gijón

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