Desintoxicación de la cocaína


¿Qué es la cocaína?

La cocaína es la droga que se obtiene de la planta de coca, originaria de la región de los Andes, en los países de Bolivia, Colombia, Ecuador o Chile, aunque su cultivo se ha extendido a otras regiones con climas similares. La planta de coca se ha usado históricamente para multitud de utilidades, desde médicas, hasta religiosas, sociales o festivas. La planta se utiliza en diferentes formatos, desde masticada hasta infusionada o en utilidades culinarias.

Lo que se conoce como cocaína es un producto sintetizado químicamente a partir de la planta de coca, que es un polvo blanco o sal de coca, técnicamente conocido como clorhidrato de cocaína, un alcaloide hidrosoluble con poderosas propiedades estimulantes del sistema nervioso y anestésico local, similar a otros alcaloides como la morfina o la nicotina o la cafeína, extraídos del opio, tabaco o café.

Sin embargo, el producto que llega a nuestro país y que se comercializa como cocaína poco tiene que ver con ese clorhidrato de cocaína, pues el producto original, que es muy costoso, es «cortado» o mezclado con otras sustancias químicas de textura similar para obtener más márgenes de beneficios, y que pueden incluso aumentar la toxicidad de la droga original. A menudo se mezcla con sustancias como el talco, maizena, fármacos de todo tipo, otras drogas de textura similar pero más baratas, y hasta productos químicos de limpieza. Éste cóctel en ocasiones puede llegar a ser mortal por los efectos adversos que pueden llegar a producir los múltiples compuestos que han añadido a la droga original para adulterarla.

El efecto de la droga sobre el sistema nervioso central es muy poderoso e inmediato, generando una fuerte sensación de excitación y un aumento de la alerta, además de la rápida desaparición de dolores o molestias físicas, lo que provoca en el consumidor un efecto placentero inmediato y tremendamente adictivo.

¿Cómo se consume?

La cocaína se consume por diversas vías que todas ellas buscan que la droga llegue finalmente al torrente sanguíneo y que haga el efecto deseado lo más rápidamente posible.

  • Vía nasal: Es la más común, se inhala por la nariz en forma de polvo blanco, comúnmente conocido como «raya». El consumo prolongado de cocaína por esta vía termina destrozando el tabique nasal y provocando heridas nasales que pueden llegar a generar daños irreversibles.
  • Vía intravenosa: La cocaína se diluye en agua y se inyecta con una jeringuilla en una vena. Es una de las acciones más poderosas, pues se inyecta la sustancias directamente en el torrente sanguíneo, provocando un gran efecto. Esta forma de administración de esta droga, además de ser la más habitual en casos de sobredosis, también provoca enfermedades de transmisión sexual o otras enfermedades contagiosas por el uso inadecuado de las jeringuillas y agujas, además de lesiones con necrosis en las zonas de administración por infecciones.
  • Vía dental: Es menos común, y consiste en frotar con los dedos el polvo de cocaína en las enzías dentales. En esa zona hay una gran capilaridad y la droga hace un efecto analgésico y anestésico en la zona dental, y también sobre el sistema nervioso. Es una forma de administración menos habitual, hace efectos menos significativos, y tiene efectos muy evidentes sobre la dentadura, con pérdidas dentales y enfermedades como la piorrea.
  • Vía genital: Es una práctica muy peligrosa que incluso puede llevar a la muerte por sobredosis. Consiste en la administración de la cocaína sobre los genitales tanto del hombre como de la mujer, una zona muy sensible por su alta capilaridad. Especialmente peligrosa es en el caso de la mujer donde ha habido ya casos de sobredosis por ésta práctica. Es muy frecuente en casos de prostitución y personas con un problema añadido de sexualidad patológica.

¿Qué efectos tiene la adicción a la cocaína?

Los efectos propios de la cocaína sobre quien la consume, además de la propia adicción, dependerán también en buena parte de las sustancias con la que la han adulterado, que también tienen efectos específicos sobre el sistema nervioso, pero los efectos más comunes son:

  • Elevada activación neurológica: ansiedad, hiperactividad, convulsiones, tasa elevada de respiración, taquicardias,….
  • Desinhibición conductual: agresividad, inquietud, activación mental excesiva, desinhibición sexual, conducción temeraria, problemas de comportamiento, problemas legales,…
  • Trastornos de personalidad: Alteraciones graves en la forma de ser de la persona que la consume, con patrones de personalidad patológicos diversos como narcisismo, esquizotípico, histriónico, ansioso-depresivo, límite….
  • Trastornos psicológicos: Aparecen depresiones, problemas de sueño, trastornos de alimentación, ansiedad, trastornos afectivos, trastornos psicóticos,….
  • Afectación cognitiva: Problemas de atención, dificultades de concentración, pérdidas de memoria, déficit ejecutivo, alteración psicomotriz,….
  • Complicaciones médicas: Sobredosis, intoxicaciones, parada cardiorespiratoria, edema pulmonar, ictus cerebral, infarto, complicaciones en un embarazo, muerte súbita,….

¿Cómo es la desintoxicación?

Desde el momento que se deja de consumir cocaína, el cuerpo empieza a expulsarla progresivamente a través de la orina principalmente. El efecto agudo de la cocaína es muy breve, de hecho, es de las drogas que tiene menor vida útil en el organismo, que en unas horas ha dejado de tener efecto. Sin embargo, los metabolitos de esta droga seguirán en el organismo durante varios días, que, dependiendo de la frecuencia de consumo, puede durante entre una y dos semanas en el organismo.

Los efectos de la abstinencia a la cocaína pueden ser:

  • Un estado de irritabilidad y agresividad sin motivo aparente
  • Alteración en el apetito, normalmente con pérdida de apetito y pérdida de peso.
  • Cambios el estado de ánimo, normalmente hacia la depresión, la tristeza, la desgana, las desmotivación,…
  • Alteraciones en el sueño
  • Incapacidad para concentrarse en casi ninguna actividad, lo que aumenta su malestar y frustración.
  • Necesidad de comprar algo aunque no sea necesario, o de fumar compulsivamente, para quitarse su malestar, aunque no es suficiente.
  • Elevado riesgo de sustituir el consumo de cocaína por otra sustancia como el alcohol, cannabis o medicamentos, con el fin de reducir el malestar.

La desintoxicación de una persona con adicción a la cocaína debe ser supervisada por un especialista que oriente tanto al paciente como a los familiares en la situación y les paute qué pueden y qué no pueden hacer para tener éxito en el proceso de recuperación.

Antonio Gijón